DATOS DE INTERES:


- Si se pretende viajar por la zona en bici, debemos prestar especial atención a las temperaturas. A partir de noviembre, ésta desciende ligeramente. En primavera las elevadas temperaturas (por encima de los 40ºC) imposibilitarán el pedaleo. Por otra parte, las esperadas lluvias estivales refrescan algo el ambiente, pero convierten las pistas en verdaderos lodazales. Atención también al Harmattan (tormenta de arena proveniente del desierto), que con una puntualidad inusual en Africa, barre el territorio todos los inviernos.
- Volamos con el visado de Burkina Faso ya tramitado e hicimos el de Mali en el mismo aeropuerto. Este último es provisional y se debe renovar en el plazo de cuatro días.
- A pesar de ser el francés idioma oficial en ambos países, tuvimos problemas para encontrar personas que lo hablaran. Por nuestra parte, tan solo Jokin hablaba el idioma galo. Unas pocas palabras en alguna de las lenguas locales siempre es de agradecer.
- No es difícil cambiar euros por la moneda local. Ambos países comparten, al igual que sus vecinos la misma moneda, el franco del áfrica occidental CFA. En otoño del 2006 se cambiaba 1 euro = 650 CFAs.
- Aunque se trate de dos países pobres, el precio de los alojamientos resulta desproporcionado. Pagábamos de 10.000 a 20.000 CFAs por habitaciones dobles, espartanas y descuidadas.
- Durante la ruta en bici, fueron mayoría los días que no hubo otra opción que la de colocar la tienda de campaña. Por lo que ésta se convertirá en instrumento imprescindible si se quiere viajar de forma autónoma.
- Aparte del alojamiento, el mayor inconveniente viajando en bici es la falta de infraestructura: agua embotellada, comida, etc, por lo que conviene ser previsor y acarrear filtro, yodo y comida entre otras cosas. Cruzar la frontera con Burkina supuso aliviar en parte este problema, dado que en este país hay mayor oferta de casi todo. Atención especial a la protección solar. Difícil o imposible de encontrar allí y el sol lo tenemos garantizado.
- Aparte de las consabidas precauciones sanitarias, conviene ser especialmente cautos con el tema de la malaria, pues se trata de una de las zonas de mayor riesgo (una sola picadura nos puede transmitir la enfermedad). Nosotros llevábamos pastillas, repelente y mosquitera.
- Conviene tener especial cuidado a la hora de tomar fotografías. Aunque la gente (exceptuando en el País Dogón) reacciona de forma cordial ante la cámara, no está de más ser respetuoso y pedir permiso antes de disparar.
- De los casi 2.000 kilómetros de bicicleta, 600 los realizamos por asfalto. El resto pedaleamos por pistas y senderos en un estado más que aceptable, por lo que toda avería se redujo a roturas de radios y los típicos pinchazos.
- Si no se tiene gran apego a la bicicleta, existe una O.N.G. burkinabe llamada E.C.L.A. donde podremos donarlas al finalizar el viaje. Ésta se dedica entre otras labores, a reciclar bicis viejas traídas de Europa. Las que están bien las venden para financiar sus proyectos y con el resto de cuadros y piezas, construyen sillas de ruedas para discapacitados.
- Para la visita al País Dogón, aunque no es obligatorio, es conveniente contar con la compañía de un guía local. De esta manera nos permitirán la entrada a las aldeas y conocer así su cultura ancestral. Nuestro guía era Mamadú, tfno: 00223-6105164 mailto:hmamadoutapaly@yahoo.fr
- Por último agradecer a Carmen y Fernando toda la información que nos facilitaron antes de emprender el viaje.
- Viaje realizado por Aurora Segurola, Eduardo Gómez, Javier Ortiz de Martioda, Jokin Esparza y Rubén Segura del 14 de Octubre al 19 de Noviembre del 2006.

mapa del recorrido

mapa del recorrido
MALI Y BURKINA FASO

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